Tutorial 2: El camino al sentido
En la clase del jueves 12 continuamos con el estudio de la semiótica iniciado la semana anterior. Partiendo del pensamiento de Baudelaire abordamos el acto de significación. El signo, que por defecto pertenece a un sistema semiótico, debe ser lo suficientemente similar conceptual y estéticamente para denotar esta asociación, pero lo suficientemente diferente para cobrar una identidad propia. Solo cuando es posible diferenciar el signo de su entorno es posible encontrar una significación que vaya mas allá de lo meramente lingüístico y neutral. En palabras del autor, se ha convertido en la manera de pensar el mundo moderno.
En la antigua Grecia, el filosofo Parménides planteaba la existencia de un todo absoluto al cual el ser humano no podía aspirar a conocer. Esta entidad universal lo comprende todo, incluso el tiempo, por lo que es eterno. Nada que que exista se encuentra fuera de el y aquello que lo esta no existe y por lo tanto no puede siquiera pensarse. Sin embargo, a pesar de que este es el sustrato de la realidad, no es apto para servir de morada para la mente humana. Esto se debe a que la totalidad es incomprensible, carece de sentido. Encontrando un punto común con Baudelaire, solo cuando somos capaces de encontrar diferencias podemos identificar los símbolos sobre los cuales se construye el sentido dentro del cual existimos colectivamente.
Este proceso de individualización es fundamental para la cognición humana dado que es pre-requisito para la conceptualización del mundo. Si somos incapaces de identificar elementos, el surgimiento de interrelaciones y por lo tanto del pensamiento se vuelve imposible. Es así que este es uno de los milestones mas importantes que preceden al surgimiento de la inteligencia como fenómeno evolutivo. No es de extrañar que sea una de las primeras tareas a las cuales se aboco la inteligencia artificial. El reconocimiento de objetos, a pesar de su aparente simplicidad, es una de las tareas mas desafiantes que la inteligencia artificial ha tenido que afrontar. Y es que a su vez es uno de los mas relevantes dado que al reconocer el objeto, el sistema puede clasificarlo y generar nuevas relaciones. Observar una taza y un plato inmediatamente nos remite a su significado connotado: comida. Un borrador y una pizarra, al salón de clases. Una mano y y un pie al cuerpo humano. Es así que las ideas, y el significado del que revisten, se construyen a través de la interrelación de sus partes. Como afirmaba el filsofo David Hume, solo entrevemos una montaña de oro porque mentalmente conocemos ambos elementos por separados y somos capaces de fusionarlos.
Habiéndonos adentrado en el debate sobre la construcción del sentido y el desarrollo de la inteligencia artificial, solo resta preguntarnos si estos constructos podran trascender la denotación. Y es que no basta con reconocer objetos o asociarlos a ciertos conceptos de un orden de abstracción superior, sino que en la tarea de denotarlo para alcanzar su significado cultural, historico y social se requiere, como afirma Baudelaire, un sentido colectivo del cual esta inteligencia estaria en principio aislada. En conclusión, o bien debera enfrascarse en la tarea de crearlo, estableciendo una suerte de parametro moral propio o si partimos de la suposición de que el objeto es la cristalización del sentido,y no simplemente un derivado, podriamos incluso suponer que la sola exposición continua a las manufacturas del ser humano podria imprimir en ultima instancia nuestra esencia en este nuevo ser. La forma de esta manera se convierte en el mecanismo de codificación del plano de la información.
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